09 Ene Eugeni Gay y Manuel Marchena reciben el Premio Excelencia y Calidad en la Justicia otorgado por el Consejo General de Procuradores de España
El exvicepresidente del Tribunal Constitucional Eugeni Gay, y el presidente de la Sala Ii del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, recibieron el pasado 22 de diciembre sendos premios a la Excelencia y Calidad en la Justicia otorgados por el Consejo General de Procuradores de España. El acto se celebró ante el pleno de Decanos de todos los colegios de España y contó con la presencia del Ministro e Justicia, Rafael Catalá
El presidente del Consejo General de Procuradores, Juan Carlos Estévez, glosó los méritos de los homenajeados, a quien agradeció que aceptaran sumarse a la lista de personalidades reconocidas en estos premios ya que ello supone un motivo de orgullo y prestigio para la Procura. Manuel Marchena recibió el premio correspondiente a la edición 2017, mientras que a Eugeni Gay sele concedió el galardón del año 2016, cuya ceremonia de entrega no se pudo realizar en su momento por diversas circunstancias.
Juan Carlos Estévez, que aprovechó la presencia el ministro en al acto para reiterarle el espíritu de colaboración de la Procura con el proceso de modernización de la Justicia, destacó las excelentes relaciones personales e institucionales que los dos premiados habían mantenido con los procuradores a lo largo de toda su trayectoria profesional.
En el caso de Eugeni Gay por una razón familiar y muy directa: es biznieto y nieto de procuradores. Desde niño acompañaba a su abuelo cuando ya jubilado acudía a la sala de notificaciones del Palacio de Justicia de Barcelona a saludar a los antiguos compañeros, por lo que le une un lazo afectivo muy directo con la Procura que siempre se ha encargado de reforzar desde todas las responsabilidades institucionales desempeñadas. Recordó además que su bisabuelo Ramón Manuel Gay, a su vez miembro de una saga de juristas, fue uno de los fundadores de la revista ‘El procurador español’ en el siglo XIX.
Y otra anécdota: junto al sillón donde lee todos los días en el salón de su casa hay una estatua alegórica de la Justicia que le regaló el Colegio de Procuradores de Barcelona en agradecimiento a sus servicios jurídicos como abogado, tras ganar un importante pleito para los colegiados bar celoneses. Por eso dijo sentrse muy emocionado ante el premio otorgado por una profesión directamente asociada a su familia, a su infancia y a su temprana fascinación por el mundo del derecho. “Estar aquí es como estar en casa”, aseguró a todos los decanos. Los procuradores, afirmó,
han sido para él “estrechísimos colaboradores” de los que “siempre he recibido consejos” por su conocimiento del mundo judicial. “No podríamos trabajar sin vosotros”, reiteró a los procuradores recordando su experiencia como
abogado.
En sentido parecido, el presidente de la Sala II del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, subrayó que el reconocimiento de la Procura le honraba “enormemente”. También recordó varias anécdotas personales. La primera, el consejo que le dio un importante y experimentado abogado cuando con apenas 22 años, tras acabar la carrera, ejerció brevemente la Abogacía: “No te confundas y escoge un buen procurador, porque tu éxito o fracaso profesional dependerá del procurador con el que empieces a trabajar”.
Y la segunda fue la sorpresa que le produjo cuando al investigar y documentarse para preparar su tesis doctoral se dio cuenta de que era mucho más fácil encontrar referencias históricas de los personeros, la figura antecedente del procurador, que de los fiscales. “Me gustan los procuradores y sé por experiencia propia de la importancia de vuestro trabajo”, aseveró ante los decanos. Por eso dijo recibir el premio como un aval a su trayectoria pero también como un estimulo para el futuro ante el “desafío intelectual” al que la Sala II del Tribunal Supremo se enfrenta cada día.